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  Semana 40
 


 
EL DECALOGO DEL DESARROLLO
 
 
Ya es un clásico "El decálogo del desarrollo", sin embargo la revolución cultural que nos propone su autor, el señor Octavio Mavila Medina, de origen peruano, es tan vigente que reclama con urgencia un cambio de mentalidad para que empresarios, gobierno, instituciones educativas y comunidad en general, estimulen el desarrollo humano y organizacional. Mavilla nos ofrece una reflexión fenomenal de los principios inamovibles que se presentan en el desarrollo con tanta claridad que se pueden aplicar tanto en la vida personal como en la organizacional.
PAISES RICOS Y PAISES POBRES. La población mundial de más de cinco mil millones de seres humanos, en su geografía política, ha sido clasificada en piases desarrollados y subdesarrollados. Paradójicamente hay muchos países pobres que tienen mayor riqueza que países del primer mundo, y más sorprendente es aún, que la tarea para salir del subdesarrollo, mejorar la calidad de vida, gozar de bienestar y mejorar la seguridad es más sencilla que lo que lo que nos imaginamos. Pero ahí está la paradoja, no depende de que tengamos más recursos, tecnología, equipos o capital. Lo que se ha estudiado de los países del primer mundo tiene que ver más con actitudes, comportamientos y estado mental.
El decálogo del desarrollo se propone orientar a nivel personal y comunitario hacia un cambio para la mejora tanto materialmente como espiritualmente. Es una especie de cruzada mundial por el desarrollo para salir de la pobreza, empezando por la persona misma, por la familia, por la empresa, por la comunidad y la nación entera.
 
LOS DESEOS PRIMARIOS DE LAS PERSONAS.

Casi todas las personas contestarían con un "sí" a al menos una de las siguientes preguntas: ¿desea ganar más?, ¿desea progresar más?, ¿desea mayor felicidad? Seguramente todos tenemos una legítima aspiración en este sentido. Pero a diario, vemos las limitaciones en el progreso, principalmente en los países denominados del tercer mundo, desempleo, falta de productividad de las empresas, reducciones de márgenes de utilidad, cierres de negocios, costos altos de la calidad de vida, enfermedades, y así podríamos enumerar una lista larga.
 
LOS PAISES DESARROLLADOS.

Los países ricos son altamente industrializados, la producción de alimentos, bienes y servicios alcanza grandes volúmenes con eficiencias muy altas, cubren sus necesidades y les sobra para exportar, teniendo excedentes para importar lo que no producen. El contraste: mientras que en la industria total de de algunos países latinos , trabajan más de 300 mil personas y producen cerca de 4, 500 millones de dólares anuales en diferentes productos, la Honda de Japón, con sólo 40 mil personas, producen 16,000 millones de dólares anuales. Asimismo, un trabajador en una línea de montaje de una fábrica de autos en un país desarrollado con una hora de trabajo se compra una licuadora, con el ingreso de dos o tres meses se compra un auto seminuevo, y con el salario
 
de un año, puede comprarse un automóvil nuevo, el trabajador obrero en un país subdesarrollado apenas si le alcanza para comer y vestir.
 
EL ORIGEN DE LA RIQUEZA Y DE LA POBREZA.

Algunos sostienen que la respuesta está en la antigüedad de los países, y no hay expresión más equivocada que ésta. India, China y Egipto tienen historia por miles de años y son países muy pobres, mientras que Australia y Nueva Zelanda, con poco más de 150 años están dentro de los países desarrollados.
Otro argumento supuesto está en los recursos naturales que posee el país, y de nuevo equivocamos. Japón tiene sólo una superficie del 30 por ciento países como Colombia o Perú, tiene terreno montañoso e inadecuado para agricultura, casi no posee minerales y no tiene petróleo, pero es la segunda potencia económica mundial, salen de este país miles de barcos con los productos que desarrolla y reciben miles de barcos con los productos que necesita. Muchos países latinoamericanos tienen tan privilegiadas tierras donde la cosecha se produce "casi sola" y sin embargo son países subdesarrollados. De nuevo, en esta hipótesis no encontramos la diferencia que hace que ciertos países tengan el progreso que salta a la vista.
Entonces se sugiere un tercer argumento: las personas de países desarrollados son más inteligentes. Pero de nuevo fallamos en este respaldo. Prueba de ellos es que estudiantes de países pobres que ingresan en universidades de países ricos y destacan como alumnos de primera. ¿Entonces donde está la verdad?
 
VISITANDO EL PRIMER MUNDO.

Aparte de encontrarse con autopistas y carreteras fabulosas, con automóviles modernos, ciudades con edificios rascacielos, ferrocarriles y transportación a alta velocidad, y fabricas con mezcla de automatización y personal organizado y trabajo altamente productivo, el visitante se encontró con "algunas cosas" que no suceden con regularidad en los países subdesarrollados:

EL ORDEN. La circulación y vialidad de los autos en un orden casi perfecto, el uso de los estacionamientos con un orden geométrico, el manejo de documentación y archivos para tramites con una organización de primera, y el acomodo de las cosas como si las trazaran con escalas métricas.
LA LIMPIEZA. Las calles, hoteles, baños y el vestir de las personas con una limpieza que un pequeño detalle fuera de lugar se nota fácilmente, pareciera que si no se trabajara en ese lugar por el acomodo y limpieza pulcra. Autos, ferrocarriles y autobuses relucientes e impecables. Simplemente se ve diferente: cruce usted de Cd. Juárez a El Paso, y aprecie la diferencia.
LA PUNTUALIDAD. Los horarios manejados en los países del primer mundo con exactitud matemática, las citas a la hora señalada, los espectáculos de acuerdo a lo programado. No hay los quince, veinte, treinta minutos de tolerancia para que lleguen los que se les hizo tarde para empezar la reunión.
LA RESPONSABILIDAD. Cada quien cumpliendo fielmente su trabajo, el rol desempeñando, y la dedicación hasta el final. Es sorprendente como los empleados de Disney que interpretan a los clásico personajes todavía siguen haciendo el papel en los camerinos cuando ya han terminado su tarea.
LA SUPERACIÓN. Siempre están tratando de aprender algo mas, y no pierden el tiempo en tareas paralelas, como cuando viajan en tren o autobús que van leyendo un libro, y cualesquier momento de espera hacen algo productivo o educativo.
LA HONRADEZ. Era increíble observar como en países desarrollados, se veía en las calles bicicletas estacionadas sin candado, e incluso con paquetes que no eran robados por terceros.
EL RESPETO al derecho de los demás (1) y a las leyes y reglamentos (2). El respeto a la persona que llego primero, el respeto al semáforo en rojo para no cruzar, aun en horas apacibles con muy poca vialidad, lo mismo a los pagos de tributarios, y al cruce de una calle a pie por el paso peatonal. El respeto a las diferentes creencias .
AMOR AL TRABAJO. Los récords de los trabajadores con asistencias perfectas durante años, y los niveles de productividad por cumplimento de estándares de trabajo
AFÁN POR EL AHORRO Y LA INVERSION. La búsqueda del ahorro y la inversión, la administración ordenada del hogar, y el manejo del consumo en base a lo que se tiene, más que el gasto anticipado al ingreso.
Mavila Medina señala que no necesitamos a un rey Midas para que toque con una varita mágica las cosas para que se conviertan en oro, sólo basta que la varita toque las cabezas de los millones de habitantes de nuestros países para que siguiendo estos principios fundamentales del desarrollo, no habría distinción de países por su riqueza y tanto personas, comunidades o naciones estaríamos en el primer mundo.
 
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