En referencia al tema de la columna anterior, sobre el presente exitoso que no es garantía de futuro,  vale la pena preguntarse realmente cual es la verdadera visión de futuro, porque escuchamos de gurús de renombre que la globalización y apertura de mercados lleva la tendencia a las organizaciones a maximizar la productividad, a flexibilizar los sistemas de negocios, a incrementar la velocidad de respuesta, a dar brincos en la novedad del cambio, a mejorar significativamente los escenarios de la comunicación y de la información. Tenencias realmente ya operando de décadas atrás, sin embargo la traducción real de estas variables en la vida del ser humano, y de las mismas organizaciones realmente tienen un impacto de alto riesgo, como le sucedió al doctor Frankenstein que al crear su invento extraordinario, éste se vuelve monstruosamente contra su creador, y así de nada nos sirve un presente deslumbrador cuando termina por aniquilarnos.

En uno de mis viajes por Centroamérica, me quedé asombrado por la identidad cultural de los quechuas, en Cusco, Perú y los alrededores donde todavía se respira en espíritu de los incas en la invaluable arqueología, y ciertos rasgos de cultura que siguen presentes hoy en día. Solo basta como la hoja de coca, y no la cocaína, es un elemento de la naturaleza que se vive con el mas puro respeto a diferencia de la cadena productiva entre los industrializadores, comercializadores y consumidores de la cocaína que junto con sus productos relacionados han hecho el segundo negocio mas grande del mundo y con ello la destrucción del ser humano en las mismas proporciones.

Para los incas la hoja de coca era un regalo del cielo, para los peruanos es un motivo de hospitalidad ofrecer el te de hoja de coca a los visitantes, y para grupos oscuros de poder   es la materia prima para un producto nocivo para la salud física y mental del ser humano, como uno de los negocios más jugosos del mundo. 

Ante este escenario, es realmente sorprendente como lo que se considera como globalización y conectividad mundial, no ha aportado desde su raíz a aprovechar al diversidad cultural del ser humano para fortalecer el espíritu de comunidad, y la sinergia del trabajo en equipo. Los aeropuertos de todo el mundo parecen un mismo espacio donde se ofrecen los mismo productos, parece que moverse de un país a otro país vía aérea donde incluso se hacen reuniones de negocios dentro del mismo aeropuerto, da la sensación de que no se movió de lugar, misma sala, mismos productos, mismos espacios, y la identidad y valor cultural y regional no se toman en cuenta.

Ante ello los dirigentes, estadistas, gerentes de empresas, y todo aquel que ocupa una responsabilidad de representación, de jefe, debe darse cuenta de que el modus operandi, ha llevado a los que habitamos este mundo a ser cada vez mas excluyentes, a dividir el mundo en los unos y los otros, desde esta división, hemos perdido la realidad y la percepción objetiva de lo que viene hacia el futuro, y que es muy distante de las megatendencias que en buena intención nos proyectan estudiosos del tema.

LOS UNOS Y LOS OTROS. No es una simple ocurrencia, pero está muy marcada una línea que hemos trazado y remarcado con nuestras acciones ordinarias, por la forma de que como vamos planteando nuestras decisiones y con mayor impacto por la de los líderes, estadistas, jefes de instituciones, representantes del sector político, económico y social mundial.

Se ha calificado con suma precisión como la sociedad tiene una clara división en dos grandes partes con características tan objetivas que podemos decir que está conformada por los unos y por los otros. Cuando se menciona que los ricos son unos, es evidente que hay un segundo grupo –los pobres- que son los otros, si   los de raza blanca son los unos, la discriminación en la historia ha marcado a un grupo que se cuentan como los otros, mientras que los patrones son unos, los trabajadores son los otros, mientras que los intelectuales son unos, los de bajo conocimiento son los otros, si los poderosos son los unos, los débiles son los otros, si los que dirigen son los unos, los que siguen la dirección son los otros, los que venden son los unos, y los que compran son otros y así la lista continúa por mas. Los sobresaliente, lo que se descubre en este modelo que representa como ha sido excluyente nuestra sociedad, como la presentación de la visión de futuro, ¡es la que ha sido presentada por los unos!, no se le ha dado oportunidad a los otros que presenten su versión y que para su sorpresa es más objetiva, porque los unos son pocos, los otros son muchos. Entonces ¿cómo se ve el mundo y el futuro con el cristal de los otros? El ejercicio es sencillo y muy revelador. En el universo de los otros nos encontramos a los pobres, a los discriminados, a los trabajadores, a los de baja preparación académica, a los débiles, a los seguidores, a los consumidores. Vea que todos ellos tienen algo en común. Y si revisa las estadísticas, puede entrar usted a ver con el cristal, un futuro, que de no hacer algo diferente y mejor de lo que estamos haciendo actualmente, no es nada alentador, y se lo comento no para que se lleve un susto, sino para que tome decisiones diferentes a la del avestruz que prefiere meter la cabeza al agujero de la alcantarilla para no darse cuenta, e igual llegará la amenaza. A usted en ocasiones le toca ser de los unos y en otras de los otros. ¿Qué hace y como lo hace en cada circunstancia?

 

EL MUNDO VISTO DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LOS OTROS.

Aparte de las tendencias que nos presentan donde se retoma con mas fuerza la conciencia a los valores, el fervor religioso, el renacimiento de las artes, al enfoque a la super productividad,  la conciencia ecológica; hay una tendencia con realidad ya en la puerta de la casa que amenaza e invita a hacer las cosas diferentes y mejores: